martes, 27 de marzo de 2012

CARTA ABIERTA AL CEM


A Marta Tapia, vice presidenta del CEM.




La señorita democracia

Por estos días la palabra democracia vuelve a los patios de nuestra Universidad, muchos pensamos que nunca volvería o que quizás, nunca la dejarían volver.

Si algo aprendió el mundo después de estos miles de años, es el valor de la democracia, lo aprendió el cristianismo en su época de apogeo durante la Europa antigua y medieval, lo aprendieron los reyes y la nobleza a punta de pistola en la revolución francesa, lo aprendió y emprendió la iglesia católica durante el Concilio Vaticano I, los alemanes después del holocausto, España después de la dictadura de Franco, África durante y después del apartheid, toda Latinoamérica durante la segunda mitad del siglo XX, lo aprendió Chile, sin ser necesario recordar el como.

Es que cuando no hubo democracia hubo exceso y muerte, nadie puede negar que hoy también existen esos atropellos a la dignidad humana, cientos de ellos, pero al menos, podemos repudiarlos.

Que pensaran los padres de Zamudio cuando a su hijo lo golpearon hasta dejarlo semi muerto porque era homosexual, no puedo imaginar aquel dolor. Que pensaran esas cientos de mujeres que no se sienten interpretadas por la Senadora Von Baer, cuando ellas han sido ultrajadas y aun así, deben continuar con el trauma de tener un embarazo no deseado, debe ser terrible tener que parir el hijo de tu violador, que pensara el pescador de Aysen y su hijo pequeño cuando le dicen desde Santiago que será procesado por la ley anti-terrorista, o el niño mapuche cuando a su madre la golpea un carabinero de fuerzas especiales. Que pensaran esos cientos de miles de Chilenos que desde la impotencia miran, desde la redes sociales, como se impone el bien particular de algunos por sobre todos, es decir, el totalitarismo.

Yo no se lo que ellos piensan, sin embargo, pienso que si existiera una democracia real, hecha para todos, que gobernara para la mayoría y que respetara irrestrictamente a las minorías, todos esos ejemplos que he dado, ya no podría mencionarlos.

Pero esa democracia perfecta con la que soñamos tú y yo Marta, no se construye sola, no nace por generación espontánea, sino, que se cultiva en cada uno de nosotros a través de la educación, formal e informal, como un fruto, un valor, así como sabemos que no es bueno robar, deberíamos saber que la democracia le hace bien a un país, a una ciudad, a una asociación, un sindicato o a una universidad como la nuestra, la democracia le hace bien a todos, le hace bien incluso, a quienes reniegan de ella.

Seis años sin una Federación de Estudiantes elegida democráticamente por los estudiantes a mi juicio es grave, pretender tapar el sol con un dedo, bajarle el perfil o intentar cambiar el tema, es no hacerse cargo del estado de carencia por el que pasamos, frente a las otras universidades de Chile, somos un bicho raro, nadie puede entender que nuestra universidad haya pasado por esto y que nadie pusiera un freno, como mínimo, un freno.

No faltan aquellos que lo toman para la risa, como no me cabe duda que también se deben reír algunos de las demandas del pueblo Mapuche o de las minorías sexuales. Risas que de nada sirven a la hora de construir, a la hora de poner el hombro, a la hora de entregar parte de mi tiempo en un proyecto país, cuando voluntariamente decido poner parte de mis habilidades en dar vuelta situaciones que para otros pasan desapercibidas.

Sé que a muchos no les debe interesar si existe o no una participación democrática en nuestra Universidad, pero a mi me interesa, me importa que nos respetemos, tal cual somos, que respeten nuestra dignidad como personas y estudiantes, nuestras opiniones, más allá de si estamos o no de acuerdo con ellas.

Es posible que nos topemos en asambleas o salas de clases donde no opinemos lo mismo, no importa, para eso vinimos a la universidad (universalidad), para dialogar, debatir, consensuar, aprender del otro, para entender que el mundo es un pluralismo por definición propia, puede ser que vengamos a la universidad para incluso, no escucharnos, pero jamás, para ser seres neutros, como de laboratorios, incoloros e insípidos.

Es por eso que te escribo esta carta Marta, para manifestar mi preocupación tras nuestra última conversación en la “asamblea” y los últimos hechos que ustedes como CEM han impulsado, te escribo, porque me preocupa que me hayas señalado que era fácil crear el ambiente para derrocar la próxima federación, sobre todo, me preocupa tu evidente disposición a destruir la incipiente democracia de nuestra Universidad, de la que te hablaba unas líneas atrás, donde quizás reíste.

No puedo perder la oportunidad de preguntarte: ¿Cuántas personas piensas que piensan como tú en tu carrera?, ¿son muchos? Y si lo son, ¿estas dispuesta a cambiar de opinión? a intervenir para que la señorita Democracia se haga mujer y señora dentro de la UCN, para que, sin importar la ideología que profesemos, cada uno de nosotros valga siempre lo mismo y sea respetado.

Para terminar, sin querer dar consejos o remedios brujos, pero manifestando mis inquietudes, me parece que esa loca obsesión que les a despertado por organizar la semana pirata puede ser riesgosa, el año pasado, por malas gestiones del consejo de presidentes en la misma semana, la federación perdió 6 millones de pesos y quedó en estado de quiebra antes de comenzar el mes de mayo, y ya lo sabes, tuvimos un año caótico, que no podíamos predecir. Este año, si volviese a pasar lo mismo, no podremos impulsar proyectos estudiantiles, foros o debates, ciclos de cine, el tan anhelado congreso para refundar el estatuto, promover campeonatos deportivos, reconstruir la radio y tantos otros desafíos que nos hemos propuesto como estudiantes, está en todos nosotros decidir que es más importante: ¿Un gran carrete universitario o el desarrollo de diversos proyectos estudiantiles durante el año 2012?, yo me quedo con lo segundo. Quedo atento a tus reflexiones.

Saludos Fraternos.

Gabriel Huidobro Reyes

domingo, 15 de enero de 2012

El desafío es generacional




El marco del nuevo contexto social chileno abre espacios y crea nuevas expectativas para las nuevas generaciones políticas, mientras avanzaba el 2011 desde aproximadamente junio en adelante, muchos dirigentes empezamos a darnos cuenta que este movimiento era más social que estudiantil, pues se conformaba como un nuevo espacio de mayoría en la política chilena, contaba con una aprobación social promedio del 80% de los chilenos, el movimiento es más que un grupo de estudiantes luchando por sus derechos, es una critica al modelo económico, social político y cultural, por lo mismo, este se debe perfilar como una nueva plataforma para la construcción de nuevas mayorías en Chile, con nuevos liderazgos.

Muchos jóvenes no ven con buenos ojos la política, y con toda razón, en ella denotan vicios y egocentrismos que son difíciles de comprender, muchos se preguntan, ¿cómo te puede gustar ese ambiente?, ¿cómo puedes ser de un partido político?, la respuesta no es simple y hace relación con nuestras vocaciones.

Es cierto, los partidos políticos en Chile son instituciones agotadas al servicio de una minoría ultra subjetiva, me refiero por ejemplo al “opus dei”, sectores empresariales o sindicales, no poseen democracia interna, son liderados por verdaderas mafias o sectores internos que comparten intereses creados, especialmente en el ámbito económico y por sobre todo, carecen de debate país, pero sin duda, ante la realidad del Estado contemporáneo, son la única forma de construir democracia, hasta ahora.

Tengo la certeza que quienes han construido hegemonía en estos espacios de poder no tienen intención alguna de que los partidos crezcan o se modernicen, que hayan personas criticas en ellos, los partidos al igual que nuestra “democracia” se fueron envejeciendo, esa fue la alternativa estratégicamente elegida, el objetivo es no tener una renovación generacional, pues conviene mucho más impregnarlos de tribus republicanas con apellidos como los Bulnes, Tohases, Freises, Girardis, Larraines y muchos otros.

Es por esto, que el contexto es tan importante, porque constituye una nueva alternativa para gobernar Chile, durante más de 20 años el gigante de la democracia dormía y nuestra clase política hacia y deshacía en los espacios de decisión, se apernaban en los cargos familias completas en ministerios, hospitales, municipios y en toda institución pública.

El año recién pasado, el 2011, millones de jóvenes marcharon y cientos discutían en las universidades públicas y tradicionales del país, también lo hacían en las universidades privadas, la consigna era cambiar Chile, cambiarlo superando las desigualdades, partiendo desde la educación, que no es otra cosa, sino, la reflexión del tipo de hombre que nuestra sociedad desea. Luego estos cambios se extenderían a reformas tributarias y políticas, para llegar a cuestionar la constitución chilena, no republicana, sino, hecha en un gobierno de facto, escrita con la sangre de miles de nuestros compatriotas y que Lagos, tontamente, intentó maquillar de democrática.

Existen actos políticos torpes, Ricardo Lagos jamás debió incorporar reformas constitucionales a la constitución creada por Jaime Guzmán, nadie en su sano juicio político legitima este tipo de documentos, falto mano dura, más decisión e identidad política, esa es una de las criticas más duras que se reproducen en las calles a los gobiernos de la Concertación, la falta de identidad y el exceso de comodidad con el modelo heredado.

La nueva generación es más ortodoxa de sus ideas e ideales, no cree en esto de gobernar y hacer los cambios en la medida de lo posible, no creen en los partidos precisamente por que no resuelven nada, solo se quedan en los buenos análisis, en los sesudos diagnósticos.

La nueva generación es más preparada, no es fácil pasarles gato por liebres, no es gatopardista, tiene contacto con la calle y con la academia, por lo tanto, su discurso esta constituido desde la realidad, desde lo pragmático, recuerdo que hace meses el diario La Tercera nos entregaba un perfil de los nuevos liderazgos de los espacios más independientes del Confech, muchos de ellos venían de sectores muy vulnerables, esa acumulación de fuerza, fueron décadas de injusticias cosechadas en manos de los demócratas y los economistas, es por eso, que el movimiento tiene tanta fuerza social, porque esta revestido de realidad, de agotamiento y cansancio.

Por el contrario, la antigua generación, ya lleva 4 décadas discutiendo sus propios paradigmas, echan mano de cuando en vez a la historia para validarse, pero lo cierto es que son un grupo de privilegiados, alejados de la realidad, inconsecuentes en su actuar, incluso con lo que dicen pensar, la política, ellos la transformaron en una industria más del capital, llena de burocracias y que le resulta de muy alto costo al pueblo chileno. La política chilena esta llena de siutiquerías y tradiciones detestables, de personas sin vocación de ayudar a nadie.

Sin duda, existen como en toda norma excepciones, pero el marco general es mayormente así, lo digo desde la propia experiencia.

Este año 2012 volveremos a las calles a construir una nueva organización, los nuevos actores vienen con más experiencia que el año recién pasado, utilizando medios de difusión regional como: Diarios y radios locales, redes sociales, es una generación preparada para gobernar, con vocación de poder y sin pelos en la lengua.

En la última semana, apareció un nuevo referente se denomina Revolución Democrática, es liderado por Giorgio Jackson, una de las figuras más mediáticas de la centro izquierda del movimiento, tengo la oportunidad de conocerlo, y estuvimos con el al día siguiente del lanzamiento, almorzamos en la fiesta de los abrazos junto a otros dirigentes en el parque O’Higgins, estoy seguro que Giorgio ya hizo la lectura de capitalizar las demandas del movimiento social en su referente, según nos comentaba, el primer día ya tenia 900 correos de personas que querían pertenecer al movimiento y que pretendían apoyar económicamente el proyecto, miles de entradas en la pagina, eso habla de que las personas están buscando alternativas a la clase política actual.

El poder no se comparte, se disputa, esta es una de las frases más celebres de los partidos políticos, el poder como fuente inspiradora de la política, se disputa de manera dialéctica en los partidos, pero sin reglas claras, en un partido político, gana el más fuerte, es la ley de la calle, no importa que ideas proponga, nadie escucha las ideas de nadie, sólo se pertenece al piño, no se cuestiona lo que dice el líder, aunque por lo general, no dicen nada, viven de la cuña de la radio o el diario y todo lo electoriza.

Los partidos políticos hoy en día, lo que no quiere decir que no los podamos corregirlo al día de mañana, son los que más derechos humanos violan (desde la perspectiva de la representación), es un descaro ver como se roban los votos, suben y bajan candidatos, manipulan elecciones primarias y con mayor razón las internas, de hecho sus elecciones internas, darían para un capitulo entero en este libro, en ellas usted común y corriente ciudadano, se puedes encontrar con las cosas más asombrosas.

Bajo esta penosa realidad, la alternativa para construir la utopía de una sociedad mejor y más justa es el nuevo movimiento social, hemos de desear que traiga consigo buenos frutos y liderazgos más humanizados, que empaticen con el dolor del otro, con el dolor de nuestro pueblo que la generación anterior ya olvidó.

La nueva generación no esta determinada por las juventudes de los partidos políticos chilenos, sino, una generación que de manera simultánea y externamente, empieza a liderar diversos espacios en la sociedad.

Es lamentable, precisar que ninguna juventud política se pronuncio en torno a las demandas, que nadie quería ser salpicado por la rabia social de la que hablaba antes, mientras millones de personas tocaban cacerolas en todo Chile, los partidos discutían sobre las municipales, por ejemplo: la juventud socialista de Chile titulaba en la prensa y acusaba al gobierno de Piñera de no incentivar el uso del preservativo.

Esta demás decir, que concuerdo con el uso del preservativo, pero los tiempos políticos estaban circunscritos en otros temas, no era el momento de atacar la agenda valórica de la derecha, eso es lo que me hace pensar que estos pequeños laboratorios políticos, las juventudes, están jugando Nintendo Wi mientras Chile se piensa a si mismo en los diversos espacios de representación.

Sin embargo, los partidos en una señal política y evidentemente como estrategia, tanto en las municipales, como en las parlamentarias, levantaran sus jóvenes caudillos que son obsecuentes al proyecto del sector que los impulse, hay que tener ojo con aquello, pues estos jóvenes, son versiones mejoradas de la antigua generación que ya hemos descrito, representan un peligro para la democracia.

Para cambiar Chile debemos trabajar desde la base de los movimientos sociales y evitar la propagación del establishment, no porque nos neguemos a que exista una generación que domine, un Estado, es evidente que eso sucederá lo queramos o no, sin embargo, porque necesitamos que esta nueva generación política tome de si y para suyo los cambios que piden las personas comunes y corrientes en las calles, no podemos seguir avalando que la política sea una industria pornográfica, llena de espectáculos, es hora de subirle su condición moral.